viernes, 17 de julio de 2009

Y sin saber por qué, lo dejé ir...
Lo dejé ir sin antes explicarle todo lo que pasaba por mi mente en ese momento, sin decirle cuanto lo quería, sin decirle que si se iba se iría la mitad de mi vida, la mitad, o incluso un poco más, sin decirle que en tan poco tiempo había ocurrido lo imposible, sin decirle que me enamoré de ese ángel que una noche pasó por mi ventana, sin decirle una palabra, ni dos, ni tres, ni cuatro... sin decirle nada, porque en ese momento no pasaba más por mi mente que el sentimiento extraño que me inundaba, invadía y tironeaba, mordía mi lengua y susurraba a mi oído, susurraba palabras en un idioma nuevo... el idioma de los enamorados me decía a mi misma, mientras una extraña sonrisa mezclada con el nudo en la garganta que se transformaría en llanto aparecía en mi camino.

1 comentario:

  1. Ohhh.. niña desconocida deberías ser poeta.
    Nos juntamos hoy?
    aunque me dé verguenza ;D

    Besos!

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